El origen del ángel oscuro
Ambos mundos tenían una ancestral norma no escrita: no debían relacionarse nunca entre sí. Estaban obligados a impedir, como fuese, que la profecía transmitida de madres a hijos durante siglos a través de los tiempos, no llegase nunca a suceder.
La profecía decía que, de la unión carnal entre un demonio y un ángel nacería una niña que podría, en función del bando que la criase, dominar el mundo a su antojo, hacia el lado del bien o del mal: produciendo en el caso que fuese éste último, un desequilibrio que desestabilizaría a la humanidad. Dicho suceso convertiría a los humanos en esclavos de los demonios, y a los ángeles en seres de categoría inferior.
Aquella profecía también dejaba muy claro que la crianza de aquella niña se llevaría a cabo por el bando bajo el cual fuese subyugada la madre y, para ello, todo estaba permitido.